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Guillen Manuel Forcada

¿TIENE DERECHO A EXISTIR EL TORO DE LIDIA?

¿TIENE DERECHO A EXISTIR EL TORO DE LIDIA?

¿TIENE DERECHO A EXISTIR EL TORO DE LIDIA?

Dicen los aficionados a la “fiesta nacional” que si no fuera porque están destinados a morir en una plaza de toros, el Toro de Lidia, no existiría. Según dicen es un animal que existe, porque ha sido criado y vive como un rey en su “harén” de lindas vacas y sin más preocupaciones que la de llenar la barriga y reproducir la especie, con el único objetivo de morir con bravura en una plaza de toros, por la espada de un valiente torero.

No entraré a valorar o a poner en cuestión si la tauromaquia es arte, o la valentía de los toreros. Lo que si puedo cuestionar, creo yo vamos, es por esta misma regla de tres, el derecho que tenían los antiguos aztcas precolombinos a usar como ganado humano a otros grupos indígenas vecinos. No sólo servían para satisfacer y contener la supuesta ira de sus dioses con masivos sacrificios humanos, también eran fuente de alimento para los aztecas. Si hubieramos vivido en la sociedad azteca precolombina, estoy convencido de que argumentos similares se escuchaban entre los intelectuales de aquella sociedad, del tipo “existen para alimentarnos y satisfacer a los dioses, de lo contrario no existirían. Deberían de estar agradecidos”. Comprendo que la comparación es dolorosa, pues lo que se hace en españa con un animal, lo comparo con lo que se le hacía a seres humanos. Pero en realidad para mí hay poca diferencia, cuando 50.000 personas se sientan a vitorear a alguien por hacer un “espectáculo” de la muerte de un ser vivo, aunque este alguien se juegue la vida igualmente. Hacemos de una sangría un espectáculo, y alguien pensó que eso era arte y cultura.

También podemos argumentar que era parte de la cultura romana, los espectáculos con leones comiendo cristianos, o las luchas de gladiadores a muerte. De este modo, aludiendo a la cultura, no deberíamos de poner en cuestión la ética de los antigüos romanos cuando disfrutaban comiendo sus aperitivos desde el palco, y viendo como los leones se daban un buen banquete de cristianos en el coliseo, haciendo de ello un espectáculo. ¿Sería correcto hoy en día ir a una plaza de toros, a ver como 20 leones hambrientos se zampan a 20 cristianos? Alguien me dirá que no habría gente dispuesta a ver este espectáculo. Yo lo dudo seriamente. Y quizás podría volver a ponerse de moda, y con el tiempo convertirse en cultura. Pero también podría ponerse de moda haciéndolo con musulmanes, o punkis, o tal y como hacían los antiguos romanos, con mendigos como método para acabar con la pobreza callejera. Piensen que con el tiempo saldrían filósofos urbanitas que argumentarían “para que esten durmiendo en cajeros, o ser alimentados a nuestra costa en comedores de caridad, mejor a la plaza”. Como dijo alguien una vez, “las justificaciones son como el culo, que todos tenemos uno”.

En realidad no exajero. El ser humano es capaz de estas cosas y mucho más. Hay puertas que no debemos abrir, por ética. Y algunas de las que están abiertas, debemos plantearnos seriamente en cerrarlas. La tauromaquia, más allá del aludido o pretendido fenómeno cultural, es el espejo de toda una sociedad. Esta es la única sociedad europea que mata toros en forma de espectáculo. En Europa ya no existen este tipo de prácticas, ni siquiera en el Reino Unido donde la caza del Zorro ha sido finalmente abolida. El debate de la tauromaquia, y esto es una apreciación personal, es un debate ético y moral que debe de ser resuelto en primer lugar en los corazones de quienes lo defienden, y sobrepasa ampliamente el debate político, por el enraizamiento que tiene en la sociedad.

En el estado español, la reciente decesión del Parlament de Catalunya, de abolir las corridas de toros, no sienta un precedente. En realidad es la segunda Comunidad Autónoma que los prohibe, después de Canarias, confirmándose una tendencia, lenta pero inexorable hacia su desaparición. Más complicado ha sido el proceso. La división social con posturas totalmente radicalizadas y enfrentadas, ha sido solucionada de forma muy inteligente en la sociedad catalana. Una plataforma ciudadana pone en marcha una Iniciativa Legislativa Popular, con la idea de recoger 50.000 firmas y presentar una ley en el Parlament para abolir los toros. La plataforma, consigue reunir las firmas legitimadas notarialemente, y presenta la ILP. Los partidos tienen ahora la pelota en su tejado. Situarse a favor o en contra de la inciativa no dará votos, pero si los quitará a quien se posicione, pues un tema tan radicalizado, tiene fervientes seguidores a favor y en contra en todos los partidos, (salvo el PP, que no vio esto un problema, por su escasa implantación en Catalunya y se posicionó en contra de la iniciativa ciudadana), con lo que los partidos mayoritarios catalanes optaron por dar libertad de voto a sus diputados a sabiendas que la mayoría votaría en contra de la “fiesta nacional”.

Me llama la atención la manipulación política que ha realizado el PP en este asunto. La Señora De Cospedal, afirmó ayer que a los ciudadanos españoles se les estaba recortando sus derechos fundamentales por prohibirse las corridas de toros en Catalunya. Según la portavoz popular, los toros forman parte intrínseca del pueblo español, y no pueden prohibirse. Quizás De Cospedal podría acudir a la ONU para proponer una enmienda en la declaración universal de los derechos humanos, e incluir el derecho de los humanos "españoles" a matar toros en una plaza, con excepción de Canarias, porque claro está, según De Cospedal, el problema se circunscribe a la iniciativa de los ¿pérfidos? catalanes.

Según mi forma de verlo, ha sido una forma inteligente de solucionar un conflicto por parte de los partidos nacionalistas catalanes, que tienen muchos frentes abiertos en Catalunya además de la barbarie que supone la tauromaquia, como es su enfrentamiento con el estado por ejercer su derecho a la soberanía del pueblo catalán. Un ejemplo para tomar nota.

 

 

4 comentarios

Beatriz -

Me parece estupendo que el Parlament de Catalunya haya prohibido la tauromaquia... me gustaría pensar que por respeto animal... aunque me cuesta bastante sostener este pensamiento cuando quieren perpetuar otra injusticia como son 'els bous al carrer'.
Víctor: ya hay muchos sitios en Catalunya que están prohibiendo la entrada de circos con animales a sus municipios (a ver si otros van tomando nota... y conciencia)
Amigo Alfredo: me parecería genial que surgiera una iniciativa para prohibir la caza y la pesca. y qué decir de los mataderos!: si los mataderos tuvieran paredes de cristal, tod@s (o quasi tod@s) seríamos vegetarian@s (Paul McCartney)
¿no vemos 'ético' comernos a un perro pero sí a una gallina, a una vaca o a un cerdo? ¿cuál es la diferencia? yo no veo ninguna.
Respecto a lo de la condena a la extinción del toro de lidia me parece pura demagogia: hay muchas especies en peligro de extinción (por culpa humana, no lo olvidemos) y se lucha por conservarlas. Con el toro de lidia pasaría igual. Aun así, amigo Alfredo, te diré que, aunque se corriera el riesgo de perder la especie, me quedo con esta opción. Mejor que no exista una especie a perpetuarla con el único fin de acabar con su vida: nacer para morir. Demasiado cruel.

Guillenf -

Estoy de acuerdo contigo victor, salvo en un punto. Yo decia en el articulo que no hay ningun pais europeo que mate animales como espectaculo publico como es la fiesta de los toros. En Francia y Portugal hay corridas pero no se mata a los toros. Pero vamos, que no deja de ser vejatorio.

Saludos

Guillen Forcada

Alfredo -

1. ¿Y la caza? Amigo Víctor te has olvidado la caza. ¿Por qué no empezar por abolir la caza? ¿O acaso la caza no es un asesinato de seres vivos?

2. Y yendo un poquito más allá: los mataderos. En esos lugares se sacrifican todos los días miles de animales que, por muy rápido y hábil que sea el matachín, siempre provocará cierto nivel de tortura, no?

3. Si los festejos taurinos se eliman, el toro de lidia está condenado a la extinción. Eso es un hecho. Se pueden buscar alternativas: soltarlos en parques naturales. ¿Cuántas reservas naturales harán falta para albergar a toda la diversidad de encastes del toro de lidia? Dentro del toro de lidia existen distintas "estirpes" con un fenotipo y comportamiento diferentes las unas de las otras. Por otra parte, si se mantienen en estas reservas naturales la selección será natural. El toro de lidia (comportamiento y fenotipo) es fruto de la selección llevada por el hombre durante siglos buscando una característica "antinatural", la que lo convierte en un animal único, diferente a todo el resto: la acometividad de un herbívoro (en vez de la huída). Si dejamos que sea la selección natural la que actúe, en poco tiempo el toro de lidia degenerará y acabará convirtiéndose en un animal huidizo, como el resto de bovinos (charolés, limusín, frisón,...). El reto es cómo conseguir que la raza de lidia no pierda su idiosincrasia y a la vez prohibir los festejos taurinos. A mí, de momento, no se me ocurre ninguna. Estoy deseoso de escuchar muchas.

Salud

Víctor -

1. España no es el único país de Europa. Portugal y Francia también montan espectáculos con toros.

2. Ha sido una decisión acertada la de Catalunya pero insuficiente. Si están en contra de la tortura animal, que prohíban todos los espectáculos taurinos de los pueblos y los espectáculos de los circos.

3. Por mí eliminaría los espectáculos taurinos de todos los lugares, pero también los de los circos. Es más, aún me parece algo mucho peor, porque se maltrata a osos, elefantes, tigres... y demás animales que figuran en todos los catálogos de especies protegidas (¿por qué no las protegemos?)

4. Una ILP de ese estilo debe ir dirigida contra la tortura animal en general, no solo contra algo concreto que, en el caso de Catalunya, simplemente estaba dejando de interesar. Si no hubiese salido adelante, la Monumental hubiese acabado de celebrar corridas en unos 10 años o en lo que le quede a José Tomás antes de retirarse.

5. A pesar de todo, ha sido un gran avance y espero que cunda el ejemplo es Aragón, País Valencià y, ¿por qué no? en Andalucía y Madrid.